Tanzania: el Ol Doinyo Lengai
Después de haber estado pastoreando a 17 mujeres ( y dos tíos para compensar) durante unos cuantos días por tierras de Kenia y Tanzania, su marcha me dejó un vacío tan grande que tuve que aplicar medidas de choque para reparar el alma resquebrajada. En estos casos, la primera cosa que me pasa por la cabeza es rellenar ese vacío con un gin tonic, y de paso brindar por la paz recuperada, pero como esa solución sólo tiene efectos temporales, yo prefiero (ademas del pelotazo, claro) hacer algo especial...