La tentación de Janjanbureh
Reconozco que he hecho viajes a algunos lugares simplemente porque me sentía atrapado por la sonoridad de su nombre. Pronunciarlos todavía me atonta, (más aún si cabe), y me lleva en segundos a lugares lejanos, aventuras pendientes y amores perdidos. Son mi canto de sirena que nunca cesa, y me obligan a cruzar una vez tras otra el Mediterráneo en busca de aventura. Por mi querida Libia llaman a este mar el Baḩr al Abyaḑ al Mutawassiţ “ese mar blanco que hay en medio” y no andan desencaminados,...