10 Mar Libia y el final de una aventura
El pasado mes de noviembre puse fin a ocho intensos años de aventura en el país de lo incierto, donde mi mala cabeza, el azar, el diablo o todos a la vez se fueron encargando de proporcionarme mi ración diaria de peligro, lio o aventura.
Antes de que caiga en el olvido, que tiende a destruirlo todo, quiero contaros mi pena por todo aquello que dejé en el sur de Libia.
Allí, cerca de la pequeña localidad de Ubari se encuentra mi particular Isla de la Imprudencia, donde vivi increíbles aventuras con amigos de verdad, de los que te acompañan a donde vayas, aunque no siempre fuese la mejor idea.
Mantengo intacto en la memoria las patrullas por el desierto con Saad y su katiba de Awlad Suleyman, o aquellos corderos que tomábamos a la sombra de las acacias con los Tuareg de Omar Ghadi, o al gigante Sheikh Omar, conjurado a protegernos con su inseparable dragunov, casi tan grande como él, y también recuerdo a los malos de la K30 y a otros muchos de los desterrados hijos de Eva, que por allí pululan, trafican o sobreviven. Con todos ellos recorrí la tierra de los espejismos, de donde dicen que nunca se regresa.( y asin estoy yo, todavía perdido…)
Un tiempo inolvidable donde todas las aventuras terminaban felizmente en camaradería, trasegando copas de Eperon hasta consumir la munición, que para todo hay tiempo en esta vida.
En fin, voy a dejar este ataque de sensibilidad tan impropio de un bistec como yo y voy a centrarme en la próxima aventura: atravesar Africa en moto.. como veis, «cambian las sandalias pero el viaje continúa»
Mónica
Publicado a las 18:02h, 10 marzoEsto se pone interesante 🙂
Javier Bellido
Publicado a las 18:59h, 10 marzoMadre mía saltas de aventura en aventura!!
Genial disfrutando cada cosa..👏🏼👏🏼
Pedrito
Publicado a las 08:37h, 13 marzoEfectivamente sigues perdido. A ver si tomamos unas cañas….
lurdes
Publicado a las 20:12h, 13 marzoQué bueno poder recordarlo y poder contarlo, primo!!!