23 Dic Túnez: hacia el Gran Erg Oriental
Cada vez que algo atormenta mi alma, huyo al desierto en busca de consuelo. La nueva causa de mis desvelos no es otra que el desastre ocurrido en la última carrera benéfica que ha organizado la Asociación Deportiva de Corredores de Hoyo de Manzanares (no me esponsorizan (todavía) pero me gusta lo que hacen, porqué y cómo). En ésta carrera no sólo me ha ganado mi cuñado Eduardo, al que por primera vez desde que llevamos corriendo juntos no le he visto ni el tubo de escape, sino que poco antes de la meta un chaval de no mas de 10 años, una máquina, me ha dado una pasada tan humillante, que mi ego, siempre necesitado de alabanzas, va a necesitar mas todavía para poder recuperarse del todo.
Este hecho, aunque aislado por el momento, no es sino el primer síntoma real de envejecimiento. Aunque me niegue a aceptarlo y parezca tan increíblemente bien conservado (para mi edad) a la par que bello (para qué negarlo), ya estoy entrando en el tiempo de descuento y me asusta porque todavía me quedan demasiadas cosas por hacer.
Así que, en esta ocasión, he venido a refugiarme y encontrar la paz entre las dunas tunecinas del Gran Erg Oriental, aprovechando que por casualidad me encontraba en Túnez atendiendo a un mandao de los míos. Aunque al final no he conseguido mas que engañarme a mi mismo, pues el venir aquí no es un bálsamo para mis dolores sino un placebo temporal, ya que a medida que me voy alejando del Sáhara, va regresando mi pena.
Pero mientras estoy en el desierto el tiempo se detiene y todo se desvanece. Allí no llega el ruido de la ciudad, ni todo aquello que me atormenta. A veces, con suerte, el único ruido perceptible es el Canto de las Dunas, música celestial que interpretan los granos de arena al moverse y que los tuareg atribuyen a sirenas o djenous, que con sus cantos atraen a los viajeros hacia su perdición (y esa es una llamada a la que nunca he sabido resistirme). Ralph Bagnold (no teneis ni p idea de quien es pero ya os he hablado de él, un día voy a tener que poneros un examen sorpresa) aseguraba que este sonido podia ser tan fuerte que en ocasiones tenía que hablar a gritos para poder ser oído con el ruido de la arena.
Antes de empezar a contar algo sobre el Erg, que soy consciente de que todavía no he empezado, voy a hacer un ejercicio mental con vosotros. Probar a cerrar los ojos (unos segundos, no vale dormirse) e imaginad un sitio en el que os gustaría estar ahora mismo (tiene que ser en el desierto, no vale un resort en el Caribe, qué pereza) para relajarse y disfrutar, olvidarse de todo, etc etc. Ahora, abrid los ojos y decidme si lo que habíais pensado se parece a esto de aquí abajo.
O si queréis, imaginar un oasis donde poder perderos y corretear desnudos (algunos incluso mejor que vayáis vestidos) entre los palmerales, con el canto de los pajaritos y el sonido de los chorros de agua cayendo sobre pozas cristalinas…y decidme si se parece a éste de aquí.
Si la respuesta es afirmativa, estais de suerte, pues os invito (éste verbo no es invitar de pagar, sino de animar a…) a que vengáis conmigo hasta aquí para que podáis cumplir con ese sueño que vuestro inconsciente os lleva gritando toda la vida.
Esto ha sido sólo una pausa publicitaria, estoy de pruebas hasta que consiga espónsores con posibles para Desertando, ésta vuestra asociación…
Volviendo al desierto tunecino hay tantas cosas que ver, oasis, palmeras, desiertos, Douz, Ksar Gilane, Matmata, Chebika, Chenini, desiertos, palmeras, oasis… que se necesitaría casi una vida para quedarse y otra para recorrerlos. Además, no se debe ver todo en un solo viaje, porque si no, dejaríamos el país sin sentir la necesidad de regresar a por más y nunca deberíamos salir de ningún lugar con esa sensación.
Dice Mohamed, un nuevo amigo bereber, con esa filosofía sencilla pero aplastante que reina entre las gentes de por aquí, que lo importante no son los sitios que se planee visitar, todos son especiales, lo que realmente hará que el viaje sea inolvidable nos lo irá mostrando el camino y cada uno será distinto. Totalmente de acuerdo. Puede ser que, entre otras cosas, se refiriera a puestas de sol como ésta.
Por eso, en esta entrada tan solo os propongo llegar allí, alquilar un Dyan 6 o algo similar y adentrarnos entre las dunas, primero desde Douz hasta las ruinas del fuerte romano de Tisariven, en los antiguos confines del Imperio. Al día siguiente continuaríamos entre las dunas, pasando por el oasis de Ksar Gilane hasta Tataouine. Y ya veremos que más nos depara el camino…
El final de este trayecto,Tataouine, es un sitio especial, en él se libró la batalla mas trascendental de la historia de la Humanidad. A sus puertas, las fuerzas de la Coalición bajo el mando de Luke Skywalker y ayudados por los Ewok, esos peluchitos frutos de la union de un mapache con Winnie de Pooh en una noche de locura, derrotaron a las Fuerzas Imperiales quedando garantizada la seguridad no sólo del mundo libre sino de todo el imperio galáctico, incluido el planeta Ganímedes del que, según Cuarto Milenio, procedemos todos. La verdad es que yo no llegué hasta allí, horrorizado ante la posibilidad de encontrarme con algún motivado haciendo el friki (que los hay) con la careta de Darth Vader, pues tengo oído que acuden allí en romería. La próxima vez pasaremos por allí y entonces podré ponerme mi disfraz de R2D2.
Por supuesto cualquier ruta que se organice es mandatory que incluya una visita a Chott el Jerid, uno de los mayores lagos salados de Africa, así como a los cuatro oasis situados en la franja que separa los dos lagos que lo forman. Reseco y quebradizo, lo que antaño fuera un obstáculo insalvable para las exploraciones, hoy atravesarlo es una experiencia única, para deleitarse con la variedad de colores del agua y dejarse confundir por los engaños de Fata Morgana, una ilusión óptica muy habitual en esta zona.
Esta foto que os adjunto debe ser otro mas de los trucos de Fata Morgana, porque me hice un selfie en el interior del lago y a pesar de la distancia me parece observar en mí un increíble parecido con George Clooney.
Si después de unos días por el desierto os quedan ganas de mas aventura, o de sufrimiento, entonces os recomiendo viajar de vuelta en el expreso que une durante la noche Tozeur con Túnez. Ausente de detalles y con una definitiva apuesta por la austeridad y las incomodidades, sus repletos vagones evocan aquellos vuelos iniciales de Ryan Air. Desperté helado y desconcertado, con la puerta del vagón rota, abierta al frío de la noche y al ver los pasajeros tan abrigados y buscando el calor mutuo, me costó identificar si me encontraba en el tren procedente del desierto de Túnez o había vuelto a atravesar la barrera espacio temporal y me encontraba recorriendo el oblast de Irutsk, en Siberia, la tierra dormida por el frío. En fin, un infierno, digo toda una experiencia. Lo bueno es que se ahorra uno un dinerillo, eso sí, recomiendo que al subirse al tren se vaya con el pis hecho.
Tras atravesar el Chott el Jerid nos encontraremos en una encrucijada, seguir camino hacia Nefta, antigua ciudad santa, sembrada de mezquitas y escuelas coránicas, o mejor todavía, subir hacia Midet en la montaña, en una ruta que atrapa, mas desierto, mas oasis y mas colores terrosos. Ambos son los últimos oasis tunecinos, detrás está Argelia, donde se encuentra el Tassilli N’Ajjer uno de los desiertos mas bonitos del mundo, cuya puerta se cierra ante nosotros por culpa de los malos. Menos mal que a través de unos amigos ya sé como voy a abrirla. Pronto escribiré sobre ello.
Maria
Publicado a las 21:55h, 23 diciembreHola Carlos! te he hecho caso y me he trasladado al Erg y los oasis….ha sido fantástico! Hasta que he abierto los ojos y estaba de nuevo en Madrid!!. Deseando desertar… Un beso!
undiaenlavidadecuchara
Publicado a las 11:25h, 25 diciembrePero Teresa, si es que no tenías que haber abierto los ojos…Besos
Suso
Publicado a las 21:59h, 23 diciembreCuchara, ¡enhorabuena! Además de escribir de una forma muy salada y amena, haces unas fotos estupendas.
undiaenlavidadecuchara
Publicado a las 11:23h, 25 diciembreMuchas gracias Suso. Un fuerte abrazo y nos vemos pronto.
Isa
Publicado a las 22:32h, 23 diciembreComo siempre genial, hermano mayor de mi queridísima amiga
undiaenlavidadecuchara
Publicado a las 11:22h, 25 diciembreMuchas gracias Isa, amiga mejor de mi hermana menor. Vosotras seguir leyendo y apreciando mis relatos, que es lo único que necesito para seguir escribiendo.
MAURO
Publicado a las 05:20h, 24 diciembreExcelentes imágenes amigo, a ver cuándo puedes enviarme algunas semillas de árboles de tus viajes! 🙂
undiaenlavidadecuchara
Publicado a las 11:25h, 25 diciembreMuchas gracias Mauro
pedro
Publicado a las 18:12h, 28 diciembreCarlitos, ya me daras mas detalles de «desertando». Me gusta.
undiaenlavidadecuchara
Publicado a las 22:48h, 28 diciembreA ver si después de Navidad nos volvemos a juntar los 4 y os cuento, que Desertando es cada vez mas una realidad.
Maite Esteve
Publicado a las 09:10h, 08 abrilSin desperdicio, como siempre!
Móniva
Publicado a las 20:55h, 20 septiembreSin palabras nos hemos quedado tu primo y yo… Voy a iniciar una campaña para convencerle de hacer alguna «excursión» de estas 😉 Espectaculares los destinos y las fotos.
Ahora ya te podemos seguir la pista. Bs
undiaenlavidadecuchara
Publicado a las 17:17h, 21 septiembreQue bien que os haya gustado. Por lo que le oi el otro día a Alvaro, vas a tener que hacer una campaña muy fuerte para convencerle que te lleve a Africa. Ya he visto que os habéis apuntado al blog, a sin me gusta. Besos