Canadá: Las Rocky Mountains - El Coleccionista de Desiertos
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Canadá: Las Rocky Mountains

Por si alguno todavía no se ha dado cuenta, cada vez me cuesta más quedarme tranquilito en casa, (no vaya a ser que me dé por ordenarla), y aprovecho cualquier excusa para salir a ver un poco de mundo. Esta vez la culpa fue de un mal amigo, que me metió las Rocky Mountains en la cabeza y me tuve que acercar hasta allí, a ver si me las sacaba…

Además llevaba meses sonando en mi interior un run run que me exigía sacarme esa espinita clavada meses atrás cuando tuve que desistir en mi empeño de recorrer ya no recuerdo que lugar imprescindible de estas montañas (y que ya no veré en ésta vida), tan solo porque la nieve me llegaba hasta la cintura. (En mi descargo os recordaré que influyó en mi retirada el hecho de que iba en pantalones cortos y que la nieve estaba muy fría).
El nombre de las Rocosas siempre me evocará a la expedición de Lewis y Clark en su búsqueda del paso del Noroeste, la aventura mas emblemática de todos los viajes norteamericanos, y que simboliza el espíritu de la América del diecinueve: la ilusión por dejar atrás el pasado y lanzarse hacia el oeste a descubrir nuevas tierras.
Y qué mejor final a mi aventura americana que recorrer la parte mas significativa de aquella ruta y compartir con ellos ese estado de excitación y asombro contínuo, en el que seguro que se encontraron a medida que iban apareciendo ante su vista, al pie de las escarpadas montañas, impresionantes ríos de color azul turquesa o lagos de verde veneno. (Aunque tras dos años de viaje, yo creo que la vision de una tortillita de patatas les habría producido un mayor torrente de emociones e inundación del lacrimal).
No, si reconozco que soy único buscando excusas para hacer una escapada.
Asi que, ilusionado ante la proximidad de una aventura y con la cabeza llena de pajarillos, me trasladé a Calgary tras los pasos de aquellos exploradores, para enfrentarme como ellos a peligros inciertos, zonas inexploradas, encuentros con animales salvajes, tribus ancladas en el pasado…
Estoy seguro de que si hacemos un ejercicio de abstracción y eliminamos del paisaje las carreteras, casas, mac donalds, postes, coches, basuras, domingueros, y los dos millones de hindúes con los que coincidí en mi viaje… y a los pocos nativos que ví les cambiamos los vaqueros y los polos de abercrombie por pieles de castor…el paisaje que Lewis y Clark iban descubriendo era prácticamente el mismo que ahora se abría ante mí. ( Si acaso, lo mío mas auténtico).
Y aquí es donde yo tenia pensado empezar a contar mi aventura con ese rigor científico que me caracteriza, ciñéndome estrictamente a los hechos acaecidos sin recurrir a la exageración, etc etc, pero es que no me pasó NADA, N-A-D-A, este ha sido mi viaje más aburrido, y con diferencia.
Porque he tenido mas sensación de aventura jugando al bingo con una excursión de ancianos del inserso en un hotel de las playas de Levante.
Bueno, la verdad es que si tuve unos cuantos percances pero no los cuento, porque vais a pensar que soy un desastre, y no quiero dar yo una imagen mía equivocada. El que quiera conocerlos, ya sabe, gintonic en copa de balón pal chaval y empiezo…
Porque lo de descubrir a las 12 de la noche que la reserva del hotel que tenia no era en Jasper (AB), provincia de Alberta, Canadá, sino en Jasper (AB), estado de Alabama, USA, es algo que le puede pasar a cualquiera. O no?
Durante breves segundos me planteé la opción de aprovechar este pequeño despiste geográfico para dormir al raso, mirando las estrellas…si no hubiera sido porque llevaba lloviendo a cántaros desde la tarde. Así que, lo de buscar otro lugar me pareció mejor opción. (Desgraciadamente, a esas horas de la noche sólo encontré habitación en otro siniestro motelucho del tipo de los regentados por la familia de Norman Bates).
A la mañana siguiente (tras comprobar que seguía vivo y mi trasero intacto) decidí alejarme de las multitudes realizando una caminata hacia los seis glaciares del Parque Nacional de Banff.  Llevaba pocos kilómetros recorridos cuando, a escasos metros, se me apareció este bello ejemplar de oso negro.
No fue el unico oso que vi, por la tarde se me apareció otro, pero ésta vez desde la carretera, asi que, entre que paré el coche, puse el warning, me quité el cinturón, apagué el GPS, cogí la cámara, freno de mano puesto, espejos en posición, etc etc pues el oso se había cansado de posar y se había desvanecido entre la espesura. No, si no le culpo.. ( Si os fijáis bien, lo veréis entre los árboles de abajo).
Vamos, que los primeros momentos del día no podían ser mas prometedores. Todo empezaba demasiado bien, ya me encargaría yo de ir complicando las cosas, con esa innata facilidad que tengo para meterme en líos, todo por querer saber siempre que hay al otro lado de la duna…
Y entonces, a mitad de marcha, mi rodilla hizo crack (a la vez que se me escapaba un sonoro cáspita y me cagaba en la madre del topo) y ya no me pude dar ni un paso mas. Enseguida me dí cuenta de que el peligro al que me enfrentaba era real, me encontraba en mitad de la ascensión, sin poder moverme, sin equipo, con otra tormenta amenazadora en el horizonte, en tierra de osos y lo que es peor, sólo…¡¡¡¡
Como imagino que os estaréis preguntando que porqué estaba solo y qué habrá sido del checo, os diré que esta vez no pudo ser, el queria playa y yo montaña. No siempre vamos a estar de acuerdo.Ya lo dice un dicho africano, dos nalgas no pueden evitar la friccion. ( no se si me gusta la comparacion…)
Pues lo dicho, que sin llegar al llanto, me dolía mucho la rodilla, de hecho todavía me duele. Es triste pero esto es lo único que puedo contar de mi viaje, porque a partir de aquí tuve que acortar mis excursiones por la montaña y compartirlas con los dos millones de hindúes (no se porque había tantos turistas de ese país, pero la proximidad de ambos países no me parece una de las causas probables).
Así que como realmente no me pasó nada interesante que contar, me voy a limitar a mostraros algunas fotos que hice de las montañas y lagos. De entre éstos últimos, es imprescindible visitar los lagos Maligne, Esmerald, Peyto, Ohara y Moraine, venid a verlos y ya veréis porque lo digo.
Este de aqui abajo es el Lago Peyto. Parece ser que el lago recibe los sedimentos de las rocas erosionadas por los glaciares, permaneciendo en suspensión en la superficie y la refracción de la luz sobre ellas le confiere a sus aguas este tono tan espectacular. Pero yo, que ya estoy de vuelta de todo, bajé a comprobarlo, porque para mi que tenía ese color porque estaba alicatado.
Por si no os habéis dado cuenta, he cambiado de look y me he quitado la barba, pero estoy pensando en volver a dejarmela, por que es un rollo, me ven tan joven que en todos los bares me piden el carné.
Bueno, ya si que no me voy a enrollar mas, voy a dejaros con unas cuantas fotos mas, a ver si os gustan. pero vamos, lo que os decia, como soy mas de desiertos para mí las montañas, vista una, vistas todas…
Que os parece esta foto? a mi me encanta, este sitio daba una paz… en un alarde de creatividad la voy a llamar Arboles Reflejados
Imágenes como esta se sucedían interminablemente por todo el camino. Como veo que sigo inspirado, esta foto se llamará Montañas Reflejadas.
Ahora si que me asaltan las dudas, que os parece para ésta Montañas y árboles Reflejados.
Éstas foto se llamará Apoteosis crepuscular en verde. Y las demas van sin nombre, que me voy a hacer deporte y si sigo escribiendo se me va a hacer tarde, aunque la ultima esta claro que se llamaria mujer desnuda mesandose los cabellos o algo parecido.
6 Comments
  • lurdes
    Publicado a las 08:05h, 22 julio Responder

    Bueno primito, ya no te regaño más, pero me gustaría saber como bajaste de la montaña con esa rodilla.
    Ah, y tendrías que hacer una nueva entrada de tu aventura en el bingo de las playas de Levante (qué esa aventura te la tenías muy calladita, ehhhhh…)
    Beso.

    • undiaenlavidadecuchara
      Publicado a las 17:55h, 22 julio Responder

      Hola prima. Pues la baje despacio y con dolor, pero gracias a esa capacidad de sufrimiento que he ido desarrollando con los años, apenas lloré durante la bajada.

  • Nuria
    Publicado a las 16:24h, 24 julio Responder

    Espestaculares las fotos, aunque me gustaria mas si sales en alguna más ya que dan mas realismo a tus viajes, son tan bonitas que parecen de postal, y si sales tu pues le dan ese toque cucharilla que tanto nos gusta, o por lo menos a mi. Y lo de la rodilla, en fin no digo nada tu sabras que has hecho a lo largo de los años para que la tengas asi,… Un besazo

    • undiaenlavidadecuchara
      Publicado a las 17:27h, 24 julio Responder

      Ya estaba yo esperando tu comentario. Pese a que mi belleza, no siempre bien entendida, no desmerece los lugares que fotografío, no pongo mas fotos mías porque me cuesta horrores hacerme las fotos con el temporizador de la cámara. En la mayor parte de los robados que me intento hacer, solo consigo que salga el cielo, una mano o media cabeza. Pero esto va a cambiar que me he comprado un mando a distancia para la cámara. Y de la rodilla, tampoco te creas que me he arrodillao tanto a lo largo de los años, si acaso en alguna juerga…Besos hermanita

  • Burek
    Publicado a las 11:39h, 09 julio Responder

    te pareces a Georges Clooney

    • undiaenlavidadecuchara
      Publicado a las 13:46h, 09 julio Responder

      si al final, de tanto insistir, me lo voy a acabar creyendo…

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